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Nacido en la provincia chilena de Tocopilla en 1929, hijo de inmigrantes rusos, ha contado prácticamente toda su vida en sus libros. De su padre, dice, hereda una neurosis terrible que sólo la poesía y el teatro, con el tiempo, le permiten mitigar. En su búsqueda espiritual, huye a Francia, donde es discípulo del mimo Marcel Marceau, llega a México a mediados del siglo XX, donde revoluciona el teatro y experimenta con drogas, conoce brujos y curanderos, se convierte en discípulo de un japonés monje zen, estudia las religiones, se reúne con el famoso escritor y -aparentemente mago- Carlos Castaneda, hace de todo tratando de entender el mundo y, al parecer, escapar de sí mismo.
En un alarde de capacidades extremo, Dirige Fando y Lis, El Topo y La Montaña Sagrada, hoy consideradas películas de culto, en las que vuelca sus obsesiones sobre los motivos del sufrimiento humano y la búsqueda de la iluminación. Los mismísimos Beatles se lo llevan a Hollywood, donde causa gran alboroto. Es contratado para dirigir la mítica y épica Dunas, de Frank Herbert, armándose un tremendo equipo que, se dice, incluía a Jean Giraud Moebius en la dirección de arte, apoyado por H. R. Giger [quien saltaría a la fama por Alien, El Octavo Pasajero] y algo que, sólo de pensarlo produce escalofríos: el mismísimo Salvador Dalí, cobrando ¡100 mil dólares por hora! como el emperador de la galaxia. La salida a ello fue fácil, cambiar de personaje y contratarle sólo por una hora. Jodorowsky pensó en otro monstruo, para suplir al pintor: el actor y cineasta Orson Welles... El proyecto era una locura tal, que no naturalmente, sucumbió ante la imposibilidad de financiarse.
Jodorowsky, poco después, cuenta, acaba en la quiebra y termina refugiándose en Francia, donde, se dedica, al principio con enorme vergüenza, a leer el tarot, cobrando por sesiones [narra este episodio en La danza de la realidad], hasta que inicia una prolífica carrera como guionista de cómics, trabajando con los mejores artistas del género y escribe además novelas, explorando siempre territorio místico, hasta que llega a la Psicomagia, una mezcla de terapia psicoloógica y artes aplicadas que pretende servir como ayuda a personas que no pueden deshacerse de un conflicto emocional que, en ocasiones, repercute a nivel físico.
Más de uno le reprocha a Alejandro falta de exactitud y responsabilidad, al hacerle creer a la gente que puede curarla, si bien en Mundo MagiKo creemos, habiendo leído sus libros, que estamos sólo ante un hombre con intenciones genuinas. Nadie puede negarle su experiencia y conocimiento en el mundo del arte, como tampoco su profunda experiencia vital. Todo lo que ha vivido, aprendido y sufrido, parece tratar de canalizarlo en esta especie de misión que se ha tomado muy en serio. Hay quien dice que son únicamente falacias para vender muchos libros e inflarse los bolsillos de dinero, pero, si tenemos oportunidad de escucharle hablar, se le oye sereno, equilibrado y congruente. En su mismo libro-tratado, explica que la psicomagia no sustituye a terapias psiquiátricas o tratamientos médicos profesionales. Es una ayuda de tipo emocional, más que nada, y eso, caray, mucha gente lo necesita últimamente. Lo grave es que se le conceda a Alejandro un poder que realmente no tiene, y sus seguidores se olviden que podrá ser extraordinario, sí, pero sigue siendo humano. En una entrevista, él mismo, sin entrar en un detalle a todas luces doloroso, ha dicho sobre su existencia que: “No es una vida ejemplar. Por culpa mía se muere un niño. ¿Qué vida ejemplar va a ser? Cuento muchas cosas terribles que hice. Mi vida no es ejemplar para nada".
En nuestra opinión, el verdadero valor de Jodorowsky está en su arte, especialmente en sus filmes y algunas de sus novelas, sin olvidar sus colaboraciones con George Bess en novelas gráficas, como Juan Solo [la historia de la redención de un asesino a sueldo] y El Lama Blanco [el viaje de un monje budista que reencarna en un chico inglés]. El tipo es un loco, cierto, y a veces tal vez raye de más en lo esotérico, pero su obra es muy imaginativa, rica en símbolos y posibles interpretaciones. Acusado de tremendo ególatra, relata una anécdota graciosa con una de sus hijas, a quien le aconseja: "crece un poco", a lo que ella responde "¡y tú redúcete un poco! La portada de su libro, intuímos, lleva el secreto del verdadero pensar y sentir de Alejandro, al ser más importantes sus palabras que su rostro, sus ideas que su imagen.
Que cada quien saque sus propias conclusiones, como debe ser. Entretanto, no vemos qué pueden tener de malo palabras como éstas: "Cuando tomas conciencia de ti y dejas de despreciarte o devaluarte y te aceptas, el ego está allí para decirte: Con todos mis defectos y miserias te conduje a este instante para que tomaras conciencia de ti. Fue tu cabalgadura. Eso se llama darle la mano al ego. Dejo de lado al juez que todos llevamos dentro y me miro con infinita piedad, con caridad. Dejo de enjuiciarme a mí mismo y acepto que los errores fueron útiles para esta toma de conciencia, que se reduce a una sola cosa: morir con felicidad".
2 comentarios:
Agh, tenía tanto que no me pasaba por aquí. Me has alegrao la tarde como no tenés idea XD
Y ahora, tú tienes la culpa de que QUIERA al Ladrón de Días en mi biblioteca personal jeje
Alejandro Jodorowsky es sin duda una de las mentes más imaginativas de estos tiempos... Sí sus películas son geniales, sus historietas son maravillosas, sobre todo la "casta de los metabarones"... Cabe decir que su obra(teatro, películas, actos pánicos, historiestas y libros)son una obra en conjunto, una fábula, sí... pero una fabula pánica.
Un saludo mi querido Lobo Astronauta, buen artículo.
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