viernes, 9 de mayo de 2008

Un clásico desconocido

Kevin Grivois, también conocido como Ké, conoció la fama en 1995 instantáneamente gracias a un sencillo que, misteriosamente, se coló en la listas de popularidad: Strange World, un amargo lamento acerca nuestro lastimado entorno y cíclicos vicios. Después de un tiempo, desapareció de los escenarios norteamericanos, emigrando a Europa, donde se acerca a lo que se dice una figura de culto, especialmente en Italia, donde radicó muchos años. El fantasma de Kevin se ha paseado siempre en la Internet a través de varios sitios hechos por fans, foros donde se intercambia su música, que ha permanecido por mucho tiempo inconseguible.

Hijo de madre india cherokee y padre francés, Kevin, ya de por sí resultado de una peculiar mezcla cultural, es un poeta que le canta a las simples complejidades de la existencia. Promiscuo musicalmente, se pasea por varios estilos como pez en el agua y posee una voz cuasi soprano por la que muchas mujeres matarían. Poco antes de lanzar su disco I Am [ ], ejecutivos de la disquera le sugerían que se convirtiera en un cantante-bailarín y explotara su look andrógino y sexualidad no convencional, a lo que él se negó, por cuestión de respeto a sí mismo y al público. No tenía por qué ocultar una tendencia bisexual, pero tampoco exhibirla. Su música no estaba, ni estaría centrado en ello. Cualquiera debería poder identificarse con su arte, sin estar destinado a un género u orientación determinados. Y vaya que estaban equivocados, pues el chico raro se daba el lujo de, tras bambalinas, besuquearse con la islandesa Björk, una de las cantantes más influyentes -y sin duda, deseadas- del momento, en medio de la explosión mediática bautizada como alternative music.

¿Has tenido la oportunidad de escuchar un disco en el que no adelantas ningún track? I Am [ ] es una de esas raras gemas. Desde el arranque con la mencionada Strange World hasta la conclusiva oscuridad de I Am [Nothing], Ké construye un castillo en el aire con sus emociones, anécdotas y sueños más íntimos. Someday, quizá el himno a la autoestima y a la esperanza más honesto escrito jamás, es una canción cuya constitución eminentemente pop atrapa al escucha en una especie de deja vú, pues le suena a uno antigua y moderna a la vez. Don’t Walk Away, un reclamo como miembro de la especie humana; que nadie se haga el desentendido, pues estamos flotando en el mismo planeta camino a la destrucción. Pocas canciones de amor y desamor tan sinceras y sobrecogedoras como Will I Ever Dream y All I Ever Wanted, mas sin perder la dignidad y caer en el despecho, como gran parte del mal entendido romanticismo.

Los antecesores a quienes Ké les debe parte de su sonido no pasan desapercibidos: David Bowie, Annie Lenox, Brian Eno. Un sujeto inusual que se rodea de influencias poco comunes para crear un estilo inconfundible. La guitarra acústica y sintetizadores análogos son el esqueleto de sus canciones, en las que el piano simple está siempre presente, como un amigo confiable. La excentricidad de Grivois radica, irónicamente, en su sencillez, su poderío es la sutileza.

“Esta vida será siempre un camino que todos debemos tomar, hasta que todos encontremos nuestros finales felices”, dice Kevin en Endless Blue, el tema que más ejemplifica el tono de todo el álbum. Una especie de tristeza, o saudade, como se dice en lengua portuguesa, para referirse a esa nostalgia que se goza, producto de algo vivido de manera intensa -y por qué no, correcta.

Este es un álbum para quienes gustan de escuchar el silencio detrás de la música, para los que necesitan algo más que lo que la radio comercial ofrece. Es un disco tremendamente vivo, con toda la pena y disfrute que eso implica. Es nubarrón, es lluvia, es arcoíris, es sol. Kevin Grivois creó una pequeña gran obra de arte, a la que siguieron Shiny y Better Way of Living que, infortunadamente, jamás llegaron a las grandes audiencias. Pero hay noticias alentadoras: algunos blogs y sitios especializados comienzan a hablar sobre un posible regreso del cantautor, quien está de vuelta en Estados Unidos y planea una reedición de sus temas más conocidos y, posiblemente, relanzar Strange World, tema que, dice Ké, George Walker Bush ha hecho tenga más relevancia que nunca.

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